Sin novedad en las calles desiertas de Madrid

Además de los trabajos de vigilancia y reconocimiento de puntos sensibles continuamos descontaminando comedores y residencias y apoyando a la población civil en todo cuanto está a nuestro alcance

   Aunque ya no es nuestro primer día por las calles del centro de Madrid, el desierto de Callao, Sol, Gran Vía o Alcalá es un escenario difícil de encajar que solo el recto comportamiento de los ciudadanos y la camaradería con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado convierte en algo más digerible. Hemos patrullado los ejes emblemáticos de la capital, las calles estrechas de Latina, pero también las amplias avenidas del distrito de San Blas. A caballo, absoluta normalidad en la Casa de Campo y Madrid-Río.

   Los equipos de descontaminación comenzaron su jornada en el comedor social de la Santa Pontificia y Real Hermandad de Refugio y continuaron en una exigente jornada en la residencia de ancianos de Jesús Nazareno y Los Dolores, en el barrio de Tetuán. Nuestras patrullas hicieron entrega de material de protección individual a las hermanas Descalzas Reales y también a una clínica del distrito de Latina que comenzaba a tener dificultades ante la carestía de guantes.

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